¿Cómo?
Lo interesante y esencial a saber sobre el "¿Cómo viajo?" es esto: a pie y con material para hacer vivac. Esto significa saco de dormir, esterilla y funda de vivac. Para el que no esté familiarizado con el termino, hacer vivac es simplemente dormir a la intemperie, sin tienda de campaña. La razón por la que elijo estas dos pautas antes de empezar cualquier viaje o ruta os la explicaré más detalladamente a continuación:
- - Viajar a pie: Podríamos dar muchísimos motivos y hablar durante horas sobre los beneficios de andar, sin embargo, muchos son ya bien conocidos y por eso seré relativamente breve y me centraré en las ventajas de viajar andando. Todo el mundo ha viajado de una u otra forma y todos estaremos de acuerdo en que a cuanta más velocidad nos movemos, más cosas y experiencias quedan ocultas a nuestros sentidos. Si vamos en avión veremos mucho mundo, desde muy alto, algo único que no conseguiremos andando por la corteza terrestre, pero estoy seguro que si tuviéramos que estar allá arriba durante semanas, terminaríamos echando de menos, la vida que hay debajo. Viajando en vehículos terrestres percibimos la vastedad de las tierras que recorremos, pero no tenemos acceso a los puntos más remotos y somos dependientes de nuestro vehículo, mientras que este depende de la red de carreteras y la autonomía que pueda brindarle el combustible. La velocidad a la que viajas en bicicleta ya te permite comenzar a conocer los sitios por los que pasas, tienes acceso a caminos y pueblos por los que jamás pasarías en coche y tendrás que hacer paradas más largas en núcleos habitados, para abastecerte y descansar. Eso te abre la puerta a autenticas experiencias alejadas de la idea del turista. Comprendo que para muchos la bicicleta sea la mejor forma de viajar, ya que parece ser el punto intermedio entre velocidad y experiencia. Aún así, lo mio es andar, y tengo muy claro por qué. Comenzando por lo obvio que os he expuesto, es la forma más lenta de viajar, de modo que es la mejor forma de conocer tierras y culturas en las que pongamos el pie. Además, ganas en libertad y autosuficiencia. El ir andando te abre todas las fronteras, (menos cuando haya que cruzar por aire o mar) pudiendo andar; por caminos bien marcados, o por lugares por los que nadie ha pasado en siglos. Añadamos ahora el echo que son tus piernas quienes te llevan dónde tu quieres. Obviando lo económico y ecológico que resulta, es importante tener en cuenta que el valor de tus logros es 100% humano. Se debe a ti, a tus compañeros de viaje, y a los desconocidos que te ayudaron. Lo que te empuja a retarte, superarte y mejorar. Es por esto que algunas organizaciones solidarias organizan travesías a pie como forma de educar en valores y mejorar la integración social de jóvenes en riesgo de exclusión (véase el enlace). Otro motivo para viajar andando es la creciente necesidad que tenemos de "desconectar". No vamos a engañarnos, caminar no te quita los problemas, sino que los sustituye por otros que afectan a tu futuro inmediato y son de vital importancia: ¿Dónde dormiré?¿Dónde estoy?¿Dónde voy?¿Dónde comeré? No hay nada más evasivo que olvidarse de todo y volver a vivir como los hombres en sus orígenes, quienes solo se preocupaban de lo esencial para vivir. Esto me lleva a algo que digo desde la experiencia; todo el mundo puede caminar (generalizando). No hay diferencias notables entre hombres y mujeres, y la edad tampoco es limitante (generalizando de nuevo). Nuestra especie ha evolucionado para andar durante miles de años. Es algo que llevamos en ADN y que parece que hemos olvidado. Defiendo que con la voluntad necesaria, cualquier humano tiene capacidad de caminar lo que se proponga. Esto se aplica a todo, no es necesario dedicarse a cruzar continentes caminando para ponerlo en práctica. Si te gusta una ciudad y quieres conocerla, lo mejor que puedes hacer es caminar por todas sus calles y por qué no, dormir en estas.
- - Vivaquear; dormir al raso: Elegir hacer vivac es una opción más personal y seguramente tiene tantos pros como contras, pero me centraré en los pros que creo que tiene y que hace que para mí sea la mejor opción en prácticamente cualquier viaje. Los motivos más atractivos y románticos del vivac son: tener la libertad de dormir en cualquier sitio, de forma improvisada. Yo tengo preferencia por los jardines botánicos y las playas: por ejemplo. Y por supuesto, lo más apreciado, la experiencia de dormir bajo las estrellas, algo que no encontraras ni en hoteles de cinco estrellas ni tampoco en la tienda de campaña. Otras ventajas algo más técnicas son el hecho de que te ahorrarás infinitos gastos en alojamiento y que no tendrás que cargar con una tienda. Lo que significa menos peso, como también lo es llevar saco de dormir y esterilla de la mayor calidad posibles, ya que en esencia un caminante debe cargar lo menos posible, tanto en masa como en volumen. La clave de la estrategia de viajar durmiendo al raso, es la experiencia y valor que le da al viaje. Humildad y desprotección son una buena y otra mala sensación que contribuyen a construir una experiencia de viaje mucho más compleja: la aventura. Hablando de forma algo más filosófica, ya que el tema merece la pena, para mi, la aventura es aquella incertidumbre que hay delante tuyo y, depende de tu voluntad; caminar hacia ella y convertirte en un aventurero; o no. Teniendo esta idea, si buscamos aventura en un viaje, buscaremos incertidumbre, y así volvemos al vivac. Dormir al raso, te da la libertad de caminar sin haber planificado las etapas de tu viaje. Necesitarás un mapa si no quieres perderte, ciertamente, pero puedes andar a tu ritmo y planear la ruta sobre la marcha. Quizás un día te enamoras de una charca en un río y pasas más horas de las que deberías, si tuvieras que llegar a un refugio antes de la noche, pero tu refugio está en tu querida mochila.
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Este espacio aparentemente lujoso, es ni más ni menos que el lavadero de Molló. Idílico recoveco en el que puedes pasar la noche sin que te molesten los jabalíes. |
Esta es la esencia, andar a tu ritmo con todo lo que necesites a tus espaldas. Ser un caracol, casi literalmente. A pesar de eso, con entrenamiento y aquella curiosidad que te lleva a andar mirando el horizonte preguntándote que hay más allá, te lleva a caminar más horas de las que duermes, y sin querer, puede que camines una maratón al día con una mochila de 10kg y no pensabas ser capaz.
Otras cosas que responden a cómo viajo pueden ser:
- Voy donde he soñado que quiero ir o hay algo que siempre he querido ver.
- No espero nada de nadie, queriendo decir que nunca pido ayuda a nadie. Eso sí, grabo en mi mente las caras de los que me han ayudado.
- También viajo en el vehículo que haga falta para aproximarse a la ruta que quiero caminar.
- Cargo con mi comida y agua en previsión de hacer aprovisionamientos a los pocos días.
- Trazo la idea general del viaje en casa, con un mapa físico que más tarde me acompañará en el viaje.
- Respeto la vida y el paisaje, no puedo decir que cumpla todas las leyes (está prohibido dormir en muchos sitios...).
- Viajo sólo o en equipo, depende de las oportunidades.
- Por una parte me gustaría que no fuera así, pero apenas escribo o hago fotos de los viajes.
Me llamo Nil Llarden y este es mi primer escrito en el blog, tengo la esperanza de que muchos le seguirán. Saludos! (12/02/18)
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